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domingo, 28 de julio de 2019

Cuando los perros se hacen viejos


Llevar a un perro de edad avanzada al veterinario para un chequeo anual puede a veces parecer una pérdida de tiempo y un gran inconveniente tanto para la mascota como para sus dueños. El estrés y la dificultad de transportar a un perro grande de edad avanzada, que ya no es tan móvil, puede hacer que sus dueños se pregunten si es realmente necesario, y la respuesta a esta pregunta sin lugar a dudas, es un rotundo sí.

¿A qué edad exactamente se consideran que un perro es anciano? Esto varía enormemente y al igual que sucede con los seres humanos, dependerá de cada animal en particular. Algunos humanos están animados y activos a los 75 años y otros están cansados y enfermos a los 60 años. Lo mismo se aplica a los perros, pero existe un consenso general respecto a que los perros de razas pequeñas generalmente tienen una vida útil más larga que los perros de razas medianas y grandes. Las razas gigantes como el Gran Danés o el San Bernardo, se consideran geriátricas a una edad temprana de 6 a 7 años, mientras que las razas pequeñas sólo se consideran geriátricas cuando pasan de los diez o doce años de edad.


Acostúmbrese a los chequeos periódicos

El objetivo de un chequeo anual de un perro adulto no es sólo el de actualizar sus vacunas, sino el de poder darle al veterinario la oportunidad de evaluar la salud general del perro y detectar cualquier problema que pueda haber pasado desapercibido para el dueño. La regla general indica que por cada año que un humano envejece, un perro envejece el equivalente a 7 años. Si lo observamos desde este punto de vista, entonces tiene todo el sentido el hacer de los chequeos regulares con el veterinario, algo habitual. A través de un buen chequeo, el veterinario puede dar indicaciones acertadas sobre los cuidados que cada mascota va necesitando en su hogar. Lo que más hay que tener en cuenta cuando un animal envejece, es la pérdida de apetito, la pérdida de peso, las dificultades para levantarse y moverse, el beber y orinar más de lo habitual, y otra serie de signos generales de la vejez como los vómitos y la diarrea frecuentes, la pérdida de la visión, del oído, del olfato, etc.

A medida que el cuerpo del animal envejece, pasa por cambios normales y a menudo son la acumulación de estos cambios los que terminan convirtiéndose en graves problemas de salud. El problema más común con el que se enfrentan los perros viejos es la artritis, y a medida que los animales mayores se vuelven menos activos tienden a tener sobrepeso. Ese peso extra ejerce una presión adicional sobre las articulaciones que por los años, pueden estar adoloridas e inflamadas. Es posible que estos pacientes necesiten radiografías para descartar cualquier otra causa de cojera y rigidez.

Una vez que se hace un diagnóstico de artritis, el veterinario puede aconsejar un cambio en el régimen de ejercicio, un cambio en la ropa de cama, un cambio potencial en la dieta o la adición de productos de suplementación de las articulaciones en la comida de los animales, y a menudo la administración de medicamentos antiinflamatorios, dependiendo de la condición del animal. El método más importante para aliviar el dolor en estos casos, sigue siendo la pérdida de peso. A menor peso, menor es el esfuerzo que deben hacer las articulaciones para sostener el cuerpo.

La función de los órganos de los perros viejos a menudo también disminuye. Un problema común en los perros es la disminución de la función renal que se convierte en insuficiencia renal crónica. Cuando la función renal disminuye, el animal pierde la capacidad de eliminar las toxinas de su sangre. Muchos medicamentos necesitan ser excretados a través de los riñones, y si la función renal ya está comprometida, esto puede traer efectos secundarios graves. Un buen ejemplo de esto se presenta con la medicación antiinflamatoria que se utiliza para el control del dolor en perros con artritis. Este grupo de medicamentos es normalmente excretado por los riñones, pero si los riñones no son capaces de hacer bien su trabajo para sacarlos del cuerpo, esto causará efectos secundarios no deseados para su mascota.

Por esta razón, los veterinarios a menudo prueban la función hepática y renal de los animales viejos antes de suministrarles medicamentos que deban ser usados a largo plazo. Los animales que sufren de problemas renales mostrarán signos como pérdida de peso y disminución del apetito, y beberán y orinarán mucho más que antes. Es importante llevar al perro al veterinario tan pronto como note estos signos.

Hoy en día hay pruebas de sangre que pueden detectar la enfermedad renal con rapidez. Sin embargo, lamentablemente, a pesar de que estas pruebas son mucho más sensibles, sólo detectan la enfermedad renal una vez que el 40% de los riñones ya están dañados.

Un aspecto muy importante a tener en cuenta con respecto a la insuficiencia renal, es que los riñones no tienen la capacidad de regenerarse o repararse. Así que, una vez que las células de los riñones están dañadas, eso es todo para el riñón. La única manera de apoyar a los riñones una vez que se ha producido el daño es tratar de prevenir más daños y aligerar la carga de su trabajo. Esto se puede hacer cambiando la dieta de forma tal que el animal pueda comer alimentos que necesiten menos trabajo de procesamiento por parte del organismo.


Otros de los problemas que aquejan a los perros mayores, son la insuficiencia cardíaca y la insuficiencia hepática, que se manifiestan mostrando una gran variedad de síntomas clínicos. Cuando hay insuficiencia cardíaca, su mascota puede volverse intolerante al ejercicio, toser demasiado (especialmente por la noche) y respirar de forma más agitada aún si no está teniendo ninguna actividad.

De igual manera, a medida que los perros envejecen, el mecanismo de defensa del sistema inmunológico comienza a fallar y pierde la capacidad de reconocer las células cancerosas. Esto junto al daño oxidativo que se presenta en los animales viejos, hace que el cáncer aparezca con mucha frecuencia. El agrandamiento de órganos y la insuficiencia en su funcionamiento, a menudo son una indicación de cáncer y el veterinario puede aconsejar en estos casos una ecografía abdominal, así como radiografías para detectar cualquier clase de problemas asociados a esta enfermedad.

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Como dueño de un perro viejo, es muy importante estar atento a la más mínima señal de cambio en el comportamiento de su mascota. Un perro enfermo puede volverse quisquilloso y puede dejar de comer como comía habitualmente. Si bien la vejez va de la mano con una menor actividad y un menor apetito, una reducción importante del apetito suele ser signo de una enfermedad que puede afectar gravemente a su mascota.

¿Cómo cuidar a los animales geriátricos?

Con una dieta de calidad. Los perros viejos no pueden digerir los alimentos tan fácilmente como los animales jóvenes y es por ello que necesitan una dieta especial que se ajuste a las nuevas condiciones de su organismo. Existen varias clases de dietas especialmente formuladas para animales mayores, así como para animales con enfermedades como insuficiencia renal, problemas cardíacos y artritis. Estas dietas, sobre las cuales usted puede consultar a su veterinario, ayudan al animal a sobrellevar mejor su etapa de vejez o sus problemas de salud específicos con mayor facilidad.

Manteniendo un peso estable. Con la disminución del metabolismo y de la movilidad, los perros mayores tienden a aumentar de peso rápidamente si no tienen una afección médica crónica que les haga perder dicho peso. Las investigaciones han demostrado una y otra vez que los animales obesos (al igual que las personas) tienen una vida reducida. Problemas como la diabetes y las enfermedades del corazón son muy comunes en los animales con sobrepeso. Por esta razón, es importante que su mascota tenga actividad y pueda hacer ejercicio de manera moderada sin exagerar. Las caminatas cortas y regulares son más que adecuadas y sólo deben hacerse si el animal no tiene ningún dolor que se lo impida. Si su perro no es capaz de caminar por mucho tiempo, asegúrese de que al menos no acumule demasiado peso para que el dolor en sus huesos y articulaciones sea el menor posible.

Cuide bien sus dientes. La higiene dental es esencial en los animales de cualquier edad. Si los dientes están podridos y las encías inflamadas, pueden sufrir de mucho dolor al comer. La acumulación de placa bacteriana en los dientes, suministra al cuerpo una fuente continua de bacterias que ingresan al torrente sanguíneo. Estas bacterias pueden alojarse en las válvulas cardíacas o en los túbulos renales, lo que conduce a una insuficiencia cardíaca y renal crónica. La buena higiene bucal de sus perros, es importante para que tengan una mejor calidad de vida en su vejez.

Deles ropa de cama y refugio adecuado. Los animales más viejos son rígidos y su cuerpo está adolorido, por esa razón, duermen mucho mejor cuando cuentan con una superficie más blanda sobre la cual recostarse. También pierden la capacidad de regular adecuadamente su temperatura corporal y pueden necesitar ayuda extra para controlar bien sea el calor cuando viven en un clima cálido, o bien sea el frío cuando viven en lugares con bajas temperaturas.


Cuando los perros se hacen viejos, lo más importante que usted debe tener siempre en cuenta, es llevarlos al veterinario regularmente para controlar que todo está en orden. Si el veterinario puede ayudar a detectar cualquier enfermedad en sus primeras etapas, aunque no necesariamente sea capaz de curarla, puede hacer que su mascota se sienta más cómoda e incluso que viva un par de años más con una buena calidad de vida.

La vejez no es una enfermedad, pero trae consigo muchas enfermedades, así que, si los años han pasado y su inseparable amigo o amiga peluda ya se han hecho viejos, haga todo lo que esté a su alcance para garantizarles una muy buena vejez. Todo estos años de amistad, bien valen la pena para que usted haga un esfuerzo que le garantice a su perro viejo, sus mejores últimos años de vida.

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