Buscar en este blog

Lo + Reciente

jueves, 11 de julio de 2019

El Gran Hermano nos vigila


Sin que usted lo sepa y sin que crea que esto es algo posible, es probable que usted esté siendo vigilado y monitoreado muy de cerca en este momento. A medida que la Internet ha avanzado y que las comunicaciones dependen cada vez más de esta tecnología, las grandes potencias del mundo han invertido más dinero y recursos para vigilar de cerca las actividades de los ciudadanos, pero no solo las actividades de los ciudadanos que viven en sus países sino, además, las actividades de todos los habitantes del planeta tierra que utilizan a la Internet como un medio de comunicación.

A diario se envían y se reciben en todas partes del mundo, toneladas de información digital y se dice, (aunque esto nunca ha sido formalmente confirmado por ningún gobierno), que todas nuestras conversaciones a través de Internet, son espiadas por sistemas súper avanzados de inteligencia artificial, que están constantemente en la búsqueda de conversaciones que puedan determinar una amenaza potencial para la sociedad o para un gobierno en particular. Y pues, hasta aquí todo está muy bien, al fin y al cabo, una de las funciones principales de los gobiernos, es la de garantizar la seguridad de los ciudadanos.


Pero, ¿qué sucede cuando ese espionaje trasciende a otros niveles y es utilizado para entrometerse en aspectos muy privados de la vida de las personas?, ¿hasta dónde es ético espiar a los ciudadanos?

En torno a este tema, existen muchas más preguntas y al respecto, la mayor parte de las personas se cuestiona lo siguiente:

Si no estoy haciendo nada malo, ¿por qué debería importarme o preocuparme el que alguien me espíe?

Es probable que esto sea cierto, pero ¿acaso le gustaría, por ejemplo, que el gobierno instalara grabadoras de voz y cámaras en su casa, y que grabara cada conversación que usted tiene con un amigo mientras toma un café, o que ese mismo gobierno decidiera seguirlo y rastrearlo a dónde sea que usted quiera ir? Si bien esto no sucede de esa forma, el espionaje a nivel digital va incluso mucho más allá.

En las manos equivocadas, los datos privados pueden utilizarse para atacar a los periodistas, perseguir a los activistas y reprimir la libertad de expresión. Los gobiernos opresores utilizarán la vigilancia para controlar a la oposición. Si usted no cree que esto esté sucediendo en el lugar en donde vive, pues será mucho mejor que siga siendo así, ya que solo se necesita de un cambio de gobierno para que las políticas en torno al espionaje de los ciudadanos, se endurezcan fácilmente.

Las grandes compañías ya lo saben todo sobre mí, así que ¿cuál es la diferencia?

La diferencia es abismal. Una cosa es cuando voluntariamente se le proporciona información a una compañía, y otra cosa muy diferente, es cuando una gran compañía, haciendo uso de la tecnología, se apropia de información personal que incluso no debería interesarles.

Para nadie es un secreto, porque de hecho ha sido tema de conversación en las noticias y usted puede investigar por su propia cuenta si así lo desea, que compañías como Google, Amazon, Facebook, Whatsapp (de propiedad de Facebook), etc., utilizan la tecnología para espiar a los usuarios que se conectan diariamente a Internet a través de sus PCs o de sus teléfonos inteligentes, extrayendo información personal de manera constante, sin que las personas siquiera lo noten.

Por si aún no lo sabe, su teléfono inteligente, aunque usted crea que está apagado, está constantemente escuchando y registrando lo que usted habla. Buena parte de toda esa información que el teléfono escucha, es transferida a empresas publicitarias que se encargan de mostrarle a usted, avisos publicitarios relacionados justamente con lo que usted ha estado hablando.

Para comprobar lo anterior, se puede hacer un muy simple experimento casero que es el siguiente:

Ponga su teléfono a su lado y comience a hablar en voz alta sobre una marca de calzado que le gustaría tener. Por ejemplo, hable sobre los zapatos Nike (se pronuncia “náiki”) que siempre ha querido utilizar. Mencione palabras como “zapatos Nike”, “zapatillas deportivas Nike”, “me gustan los Nike”, etc. Luego de unos cuantos minutos de estar hablando al respecto, entre a Internet bien sea usando su PC, si tiene uno al frente, o su Smartphone, y abra una página cualquiera que contenga publicidad. No se asombre si cuando lo hace, encuentra justamente frente a usted, un aviso publicitario que le muestra esas zapatillas Nike sobre las que usted había estado hablando.

Como ya se mencionó, una cosa es el suministro de información de forma voluntaria, y otra cosa completamente diferente es cuando se nos espía sin nuestro consentimiento.

Pero este espionaje, ¿no es acaso un sacrificio necesario para detener el terrorismo?

No hay pruebas suficientes que demuestren que el espionaje masivo ayuda a prevenir el terrorismo. Lo único cierto es que el Gran Hermano nos vigila y en realidad, la vigilancia masiva que los gobiernos están ejerciendo sobre las personas, aumenta el riesgo de que los servicios de inteligencia y los organismos encargados de hacer cumplir la ley, pasen por alto amenazas reales y creíbles, ya que se ven distraídos por falsos positivos. Todo el espionaje digital que se lleva a cabo actualmente, es como una gran manguera contra incendios. Un posible atentado terrorista es como un sorbo de agua y bien claro es que nadie puede tomar un sorbo de agua de una manguera contra incendios.

Los gobiernos ya disponen de medios más que adecuados para la aplicación legítima de la ley y la recopilación de información de inteligencia. El problema respecto a esto, es que están recopilando información con la que no podían haber soñado hace una década y si se les pregunta al respecto, siempre nos dirán que necesitan más y más información.

Lo que los gobiernos recopilan son sólo metadatos, no contenido real, así que, ¿a quién le importa?

Si la información que los gobiernos recopilan son solo metadatos “que no sirven para nada”, ¿cree usted que los gobiernos recopilarían esa información?


Analizar los metadatos, es decir, saber a dónde va una persona, con quién habla, qué hace, etc., proporciona una forma muy eficiente de obtener mucha información sobre la vida de las personas.

El gran problema detrás de todo esto, es que una persona puede ser alguien muy inocente, pero quien analiza los datos no ve a la persona, solo ve justamente eso, los datos, y encontrar patrones de criminalidad donde realmente no existen, es mucho más fácil de lo que pareciera ser. Si alguien programado para ver patrones de criminalidad mira sus datos, no lo va a ver a usted, va a ver, probablemente, a un posible criminal.

Entonces, ¿cómo protegerse de la vigilancia en línea?

La única forma posible es reduciendo al mínimo el uso de la tecnología. No hay nada más que hacer. Si bien hay empresas en el mundo que ofrecen diversos servicios para evadir el espionaje de los gobiernos, lo cierto es que, al conectarse con esas empresas, simplemente dejaremos de ser espiados por el gobierno, para pasar a ser espiados y monitoreados por estas compañías.

La tecnología nos controla cada día más de formas que ni siquiera alcanzamos a sospechar y solamente reduciendo nuestra huella en el mundo virtual, podremos escapar un poco de la vigilancia masiva a la que somos sometidos sin siquiera darnos cuenta.

¿Es esto entonces acaso una paranoia?, nos gustaría leer su opinión en los comentarios.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario